Las intervenciones sistémicas en empresas familiares permiten potenciar las organizaciones familiares que según el Instituto de la Empresa Familiar representan en España el 89% del total de las empresas, crean el 67% del empleo del sector privado, y son responsables del 57% del PIB del sector privado.  Cifras que hablan del potencial social de estas organizaciones.

En la masterclass de Ingala Robl impartió en Madrid este marzo de 2018 y que hace parte de nuestra Formación internacional en Intervenciones Sistémicas en Organizaciones, trabajó las dinámicas invisibles que ordenan y desordenan una empresa de origen familiar y mostró como cuando el sistema familiar está organizado se manifiesta también en el orden y la mejor versión de la empresa familiar.

Algunos aspectos interesantes expresados por Ingala y que salieron del trabajo mismo con clientes reales durante el fin de semana vale la pena resaltar:

  • Las metas de la empresa familiar son sobrevivir para toda la vida y crear empleo para toda la vida
  • Las empresas familiares buscan más la supervivencia que los grandes beneficios
  • Dar el mismo salario a los hijos que participan en la empresa (como se haría en una familia), no permite que exista equilibrio entre las responsabilidades que cada puesto que ocupen merece. Esto genera malestar y afecta la política salarial entera de una organización
  • La pareja del fundador ejerce muchas veces como administrador oculto de la empresa afectando la toma de decisiones y de promociones internas dentro de la empresa familiar y es necesario hacerla visible en un trabajo sistémico
  • Los fundadores muchas veces observan la tecnología con sospecha. Es por lo general la tercera generación la que introduce las renovaciones en la empresa que muchas veces son necesarias para prolongar la vida de la organización.
  • La empresa familiar algunas veces atenaza y atrapa los talentos y proyectos de vida de los hijos (segunda generación) y que posiblemente no pueda ofrecerles la empresa familiar
  • La participación de la familia política en las empresas familiares es un tema que en la mayoría de las veces desordena la empresa familiar
  • Algunos padres creen que las empresas familiares son un nido para sus hijos y desvirtúan la función social que la empresa, de forma orgánica tiene en la sociedad
  • Los empleados que no han tenido un padre fuerte en su familia de origen ven al dueño o fundador como un padre y de forma inconsciente le piden protección en el trabajo. Esto no es deseable en ninguna organización.
  • Para tener una empresa bien organizada hay que organizar primero al sistema familiar
  • En una empresa es necesario, por la característica del negocio, cambiar el orden jerárquico que tienen los hermanos en la familia. Muchos padres fundadores lo viven como un drama y en ocasiones no lo terminan de aceptar.
  • Algunos hijos trabajan en la empresa familiar con la sensación de que se ve amenazada su pertenencia a la familia si se van de la empresa y emprender su propio proyecto.
  • Al final, una empresa familiar debería de ser la plataforma para que hijos, nietos o sobrinos puedan desarrollar sus propios negocios. ¿Pero, se puede vivir sin culpa con este movimiento?
  • Es común que en las Empresas Familiares los miembros suelan ser “todólogos”. Todos hacen de todo. Eso dificulta la definición de los puestos de trabajo y confunde a los colaboradores en la organización
  • Se vio también un caso en el cual la empresa familiar reemplazaba a los hijos (que una pareja de fundadores no habían tenido). Esto es una carga muy grande para los colaboradores
  • Las empresas familiares son más pasionales
  • Tienen dificultades a la hora de los despidos. Prefieren perder dinero en algunas ocasiones que despedir a algún colaborador que haya sido muy cercano
  • Finalmente, buscan una «buena vida» para todos: fundadores, socios, colaboradores y clientes.

Las intervenciones sistémicas en empresas familiares permiten desenredar estos patrones y acercarlas a su mejor versión.

 

La familia es soporte, la empresa es negocio

y se debe a la sociedad y no a la familia.