En Gestalt se habla de que lo importante no es lo que me pasa sino lo que pasa con lo que me pasa.

Por la Programación Neurolingüística sabemos que la historia que nos contamos es el prisma con el que nos relacionamos con el pasado.  Podemos afirmar que no sabemos cuales recuerdos de la infancia son imágenes de lo que nos han contado o de lo que realmente hemos vivido.

La imaginación y la memoria terminan de conformar la línea del tiempo que cada uno construye……..»como puede» generando permisos y creencias

La cultura de una región o de una organización viene a ser algo así como la sumatoria de los permisos y creencias acumulados históricamente y transmitidos sutilmente de generación en generación.

Un facilitador de un proceso de cambio personal u organizacional se enfrenta finalmente con los cuentos, las historias, las narraciones no escritas de las personas. En este proceso de facilitación de cambios de perspectiva, de encontrar nuevos permisos acordes con el presente que den fuerza al futuro, el coaching sistémico y las constelaciones organizaciones me sorprenden cotidianamente pues:

– permite al cliente tener nuevas perspectivas……de forma viva a través de los representantes

– encontrar permisos para tomar el futuro con fuerza

– reconocer bucles de historias que le condenan a repetir asuntos del pasado

Ha caído recientemente en mis manos un poema de Jacobo Llano que creo ilustra este post:

Para contar la historia que nos falta,

para cubrir los huecos que nos llenan,

somos autores todos sin remedio

aunque no escribamos ni una línea.

 

Una obra de teatro cada día.

 

La memoria enhebrando su novela.

 

La llama de un poema en la conciencia

en la que ardemos más de lo que alumbra.

 

Ensayo, al fin, de vida que es la vida

mientras la verdadera se pierde en el intento.

 

¿O acaso nos espera oculta entre esos libros?